SEPU MANTUVO EL LUGAR EN LA GENERAL

Que los Pirineos iban a definir la clasificación general era algo que se presuponía desde un principio. No obstante, lo que nadie esperaba es que Alberto Contador se despidiese del sueño amarillo en la novena jornada de carrera. El corredor de Pinto, acusado por un proceso febril, tuvo que echar el pie a tierra a falta de 100 kilómetros para el final, momento en el que el coche de Tinkoff frenaba a su lado para recogerle.

Por su parte, Tom Dumoulin, que ya venía de triunfar en el Giro tras imponerse en la jornada inicial y enfundarse la maglia rosa, logró imponerse en solitario merced a una exhibición de fuerza y perserverancia. El holandés ya puede presumir de tener victorias en las tres ‘Grandes’.

Por otro lado, Eduardo Sepúlveda (Fortuneo – Vital Concept) completó la Etapa en el 46º lugar y conservó el 28º lugar de la General y Maximiliano Richeze (Etixx – Quick-Step) culminó 180º y está 146º en la General.

El día había comenzado con fuerza. Por delante, una montaña rusa de emociones, con las subidas a la Bonaigua (1ª), Cantó (1ª), Comella (2ª), Beixalís (1ª) y Arcalís (HC). El encadenado, que pisaba terreno español y andorrano, era un plato muy apetitoso para una escapada de nivel. Y así fue. 20 hombres se marcharon por delante. Entre ellos, ciclistas de renombre como Majka, Pinot, Rui Costa, Dumoulin, Diego Rosa, Dani Navarro o De Gendt.

La escapada, que cogió rápidamente una diferencia superior a los 10 minutos, soñaba con poder luchar por el triunfo conforme pasaban los kilómetros. Por detrás, Sky comenzaba a sacar sus rifles de asalto para poner la marcha militar en el pelotón.

El último tramo de carrera presentaba un precioso pero tortuoso enlazado, con tres exigentes ascensiones. El belga Thomas De Gendt fue el primero en probar la paciencia del grupo de cabeza, pero fue rápidamente cazado por los hombres más experimentados en las altas cotas.

Ya en el último puerto, se desataron las hostilidades. Tras varios intentos, Dumoulin logró marcharse en solitario. Por detrás, todos se miraban. Majka y Pinot se convirtieron en la mayor amenaza para el neerlandés, hasta que llegó la lluvia.

Un manto de nubes grises cubrió el cielo del Principado para darle un tono épico a la etapa. Mientras, Sky continuaba con su procesión, con hasta cinco compañeros arropando al maillot amarillo, Chris Froome. Así, las piezas del conjunto británico fueron cayendo hasta llegar a la figura de Sergio Luis Henao.

El colombiano, aprovechando su explosividad, aumentó el ritmo y seleccionó el grupo principal. Poco después, fue el propio Froome el que cogió el relevo de su compañero en cabeza. Sólo Dan Martin, Porte, el jovencísimo Adam Yates y, por supuesto, Nairo Quintana, pudieron seguir la rueda del doble campeón del Tour.

Los demarrajes se sucedieron hasta el final, al tiempo que Dumoulin levantaba los brazos bajo un chaparrón que incluso portaba granizo. Una auténtica tortura. No obstante, ningún ataque surtió efecto y las diferencias entre los cinco prácticamente no existieron.

Así se llega a la primera jornada de descanso, con Chris Froome vistiendo el maillot amarillo y con los 10 primeros en apenas un minuto. Lo mejor está por llegar.

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Info y Foto: Vavel

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