
Le pueden las ganas. No sabe contenerse. En el transcurso de la sexta etapa el esloveno Tadej Pogacar dejó que el neerlandés Mathieu van der Poel se vistiera de nuevo con el amarillo de líder en la carrera y al acabar la etapa vino a decir, tanto él como su equipo, que vestir el maillot más codiciado del mundo representaba un exceso de responsabilidad, de compromisos y que en una carrera larga de tres semanas lo mejor era ceder el testigo a otros.
Lo que no contaban es que van der Poel pasara a comandar la carrera con sólo un segundo de margen sobre Pogacar, más aún dado el perfil de la séptima etapa de este viernes. Una jornada de 197 kilómetros con el final en el Muro de Bretaña (2 kilómetros al 6,9% de pendiente), donde el neerlandés ya ganó en 2021 y se vestía entonces de líder. Un final que también le iba como anillo al dedo a Pogacar y la pregunta que flotaba en el aire era cuál iba a ser el comportamiento de ‘Pogi’.
Esta pregunta admitía algunas dudas, no así la del Team Visma-Lease a Bike de Vingegaard, que como en los días precedentes sigue apostando por acelerar la carrera, por hacer rápida las etapas y más duras, confiando en la supuesta mayor condición de fondista del danés en detrimento de Pogacar, una relación causa-efecto que de momento no se ve, aunque bien es cierto que los finales explosivos como los de hoy le van mejor a Tadej.
La etapa estuvo comanda por cinco escapados -entre ellos un ganador del Tour como el galés Geraint Thomas e Iván García Cortina de Movistar Team-, que estuvo realmente bien. El pelotón controló en todo momento la fuga y fue en el primer paso por el Muro de Bretaña cuando neutralizaron la fuga, de la que ya sólo quedaba en cabeza el francés Ewen Costiou, que acabaría siendo elegido el más combativo del día.
Nacía una nueva carrera que se iba a decidir en la segunda subida al Muro de Bretaña. Antes, una caída a seis kilómetros de punta que puso los pelos de punta y en la que se vieron implicados Healy, Mas, Almeida, Haig, Buitrago y Mohoric, siendo estos dos últimos los más perjudicados.
El momento decisivo de la etapa
En pleno muro, ya se vio que Van der Poel no estaba para disputar la etapa y fue primero Evenepoel el que se puso a tirar de las escasas unidades que quedaban y a su rueda Pogacar y Vingegaard. Pogacar contó en la última sección con el apoyo de Narváez y su jefe de filas tiró de calculadora hasta que a escasos 150 metros se levantó de su bici y se fue a por la victoria. Ganó por delante de Vingegaard, el único que le puede plantar cara en estos finales. Y cierto es que el esloveno no le quitó tiempo al danés, sólo el de la bonificación, lo que en el seno del Visma seguro que se vio como una victoria y como parte de su plan. Pogacar, después de ganar su segunda etapa en este Tour, vuele a vestir de líder y a lucir un amarillo que hoy ya no le pesa. No tiene límite.
El chubutense Eduardo Sepúlveda fue 127º en la etapa y se ubica 136º en la general.
Info: Mundo Deportivo
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