
¡Qué Tour de Francia nos espera! Segunda etapa de la 112ª edición de la carrera y los dos grandes favoritos a la victoria final, el esloveno Tadej Pogacar y el danés Jonas Vingegaard, peleando por cada metro. Ya lo advertía en la previa el líder del Team Visma-Lease a Bike, que llegaba a la cita con la carrera ciclista más importante del calendario más fuerte que nunca y que en esta edición del Tour, después de lo visto el año pasado, iban a ser agresivos y valientes desde el primer día. Lo fueron y lo fue el danés en la jornada inaugural, y lo ha sido este domingo en el segundo asalto de la carrera, en el que el neerlandés Mathieu Van der Poel, máximo favorito a la victoria a tenor del perfil del día, se ha impuesto por delante de Pogacar y Vingegaard.
La maratoniana etapa, de 209,1 kilómetros, la más larga de esta edición de la ‘Grande Boucle’, tenía un acentuado sabor a clásica, cuatro cotas en el recorrido, y las dos últimas en los últimos diez kilómetros, por no hablar del duro repecho final de 1,2 kilómetros al 3,8% en el que las piernas quemaban a los corredores tras el esfuerzo.
Visma y Vingegaard no escondieron ayer sus cartas y tampoco lo han hecho hoy, y ya en la antepenúltima ascensión (Côte du Haut Pichot, 1,1 km al 9%) pasaban a la acción, aunque Pogacar contaba con la ayuda de Wellens que secara todos los movimientos. Se dibujaba un escenario apasionante, especialmente en la penúltima colina del día (Côte de Saint-Étienne-au-Mont), de 1,1 kilómetros al 9,4%, donde el equipo Groupama quiso ser protagonista y tensó la cuerda. Para delirio del público congregado se vivía de nuevo una gran batalla entre los dos máximos favoritos, con un Evenepoel siempre atento, pero sin dar gas y un Roglic al que parece que le cuesta más seguir el ritmo de sus principales rivales, aunque el esloveno ya dijo a la conclusión de la primera etapa que no estaba preocupado a esta alturas y que quedaba mucho.
Quedaban ocho kilómetros y la carrera estaba apasionante, con el joven Kévin Vauquelin queriendo ser protagonista también. Se rompía el pelotón, quedaban en delante solo nueve corredores, y Vingegaard aprovechaba los 800 metros de la última ascensión del día (Côte d’Outreau al 8%) para mover de nuevo la carrera, movimiento que respondieron sin demasiados problemas Pogacar y Evenepoel, pero la táctica de demolición de largo recorrido del equipo Visma es manifiesta.
Un día sin descanso
Antes del repecho final hubo Vauquelin tomó unos metros de ventaja, pero Jorgenson, compañero de Vingegaard, salió a por él y lo secó rápido, de forma que la etapa y el liderato se iba a decidir en el repecho final. La tensión se palpaba en el ambiente, también el juego de miradas. El último episodio del día tardó en saltar por los aires. Lo hizo Van der Poel a escasos metros de la llegada, Pogacar trató de discutir su victoria, que hubiera sido la cien, pero no pudo, mientras por detrás Vingegaard se retorcía en su bici tratando de ser tercero. Había segundos en juego y está visto que en este Tour no se va a perdonar nada de nada, para beneficio de una afición que se frota las manos.
Info: Mundo Deportivo
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