
Victoria agónica la del neerlandés Thymen Arensman (25 años), la segunda en esta edición del Tour de Francia tras la lograda en la 14ª etapa en Superbagnères, en la 19ª etapa del Tour, una jornada que se presentaba como la última oportunidad para que el danés Jonas Vingegaard pudiera poner contra las cuerdas al esloveno Tadej Pogacar, sólido líder de la carrera, pero a la hora de la verdad, probablemente por el cansancio acumulado en las piernas ya a estas alturas de carrera, las expectativas no se han cumplido.
Sí que Vingegaard ha conseguido por fin entrar por delante de Pogacar, pero ha sido más un gesto simbólico. Un metro, quizá menos , ha separado a ambos y ‘Pogi’ puede decirse que salvo algún percance que nadie desea en las dos etapas que restan tiene ya en el bolsillo su cuarto Tour de Francia.
La etapa empezaba como ya se avanzó a última hora del jueves recortada a causa de una epidemia de dermatitis vacuna, lo que afectó al kilometraje y a los puertos, quedando la jornada en sólo 93,1 kilómetros, con el ascenso en el kilómetro 30 del día del primer coloso, Col du Pré (categoría especial, 12,6 km al 7,8%), seguido del Cormet de Roselend (2ª, 5,8 km al 6,5%) y la traca final en la estación de esquí de La Plagne (categoría especial, 19,3 kilómetros al 7,2%).
Primoz Roglic, protagonista
Como ya hiciera en la etapa precedente, Primoz Roglic quiso ser protagonista de inicio, aunque su valentía no obtuvo el premio deseado a nivel individual. Las circunstancias de carrera no le acompañaron. Coronó junto a Paret-Peintre y Martínez la primera dificultad montañosa del día con 34 segundos sobre otro grupo de escapados y 55 respecto al grupo de los favoritos. UAE asumió el control de la fuga, pero esta vez también contó con la tuda del equipo noruego Uno-X, no así del Visma de Vingegaard, al que este viernes no se vio activo como en días anteriores.
La lluvia hizo acto de presencia y Roglic trataba de jugársela en solitario a 42 kilómetros de meta, mientras por detrás un día más el bega Wellens se vaciaba para Pogac ar. A 14,5 kilómetros de meta el Decathlon de Felix Gall pasó a a acción y tensó la cuerda de una etapa que se iba a decidir en la larga subida final a La Plagne, a la que el Tour no llegaba desde el 2002.
Muy activo, el gran protagonista del día iba a ser Arensman, que atacó a 14,2 kilómetros de meta, cuando el pelotón iba muy estirado y Roglic se dejaba ir. El neerlandés se marcó un buen ritmo de ascensión y poco a poco fue abriendo un hueco que no parecía excesivo y que daba la impresión que no le iba a bastar para lograr el triunfo.
Onley perdió la batalla por el podio
Pogacar lanzó dos ataques, a 14,2 km de meta y a 7 km de loa llegada, pero estos movimientos solo sirvieron para castigar a sus rivales y para que Onley se empezara a despedir del tercer lugar del podio, en parte porque Lipowitz pasó a la acción, aumentando la velocidad de ascensión y llevándose con él a Pogacar y Vingegaard.
La duda estaba en saber si le iba a valer el margen a Arensman para ganar. A 9,8 km tenía una ventaja de 28 segundos, que quedaron en 18″ a 2,3 y en 15″ a 1,3 kilómetros de meta. Arensman estaba a las últimas, pero nadie se movió por detrás, solo Vingegaard en los metros finales se movió, pero ya era tarde. Pogacar no lo hizo y el esloveno entró por detrás de su gran rival en el segundo gran día de Arensman. Lo que no contaba Pogacar es que una persona de seguridad de la organización casi lo tira tras superar los primeros metros de la línea de llegada en La Plagne, mientras Arensman se dejaba caer a su lado junto a la valla para recuperarse del esfuerzo.
El chubutense Eduardo Sepúlveda fue 136º en la etapa y se ubica 117º en la general.
Info: Mundo Deportivo
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