Thibaut Pinot abandonó el Tour desconsolado, sólo los anteojos de sol consiguieron ocultar sus lágrimas. El francés reconoció en la primera jornada alpina que no se encontraba en la mejor forma, pero no habló de ninguna dolencia. Sin embargo, un reportaje de la televisión francesa grabado ese mismo día reveló la lesión: una rotura fibrilar en el vasto interno de su pierna izquierda (como confirmó el Groupama) le dejó fuera de combate. “La mayor decepción de mi trayectoria”, resumió él.
Pinot marchaba quinto, a 1:50 de Julian Alaphilippe. Conquistó el Tourmalet y perdió 1:40 en los abanicos de Albi. Un Tour de subes y bajas y de emociones contrapuestas, que acabó de la peor manera: arropado por su compañero William Bonnet, descolgado del grupo de favoritos a más de cuatro minutos, roto de dolor y de pena. Imágenes similares a las del Giro de 2018, del que se retiró deshidratado y con fiebre.
En el kilómetro 35 descendió hasta el coche médico para recibir asistencia. Incluso se bajó de la bicicleta para ajustarse el vendaje de su muslo. No aguantó ni cinco kilómetros. Puso pie a tierra y se subió a un vehículo de su equipo. Philippe Mauduit, director del Groupama, atendió en directo a la tele: “Estamos destrozados”. Pinot es un corredor excelente, con victorias en las tres grandes y un Giro de Lombardía, pero con mala suerte. Únicamente cuenta con un podio: tercero en el Tour de 2014.
Info: AS
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