Sigue la táctica de acoso y derribo del equipo Visma sobre el UAE Team en la 112ª edición del Tour de Francia. Si hasta ahora este planteamiento era palpable, hoy se ha hecho más que manifiesto. La formación neerlandesa ha movido tanto como ha podido la carrera por delante y por detrás, le ha servido para ganar la etapa en las piernas del siempre loable Simon Yates, ganador este año del Giro de Italia, pero no, aparentemente, para minar las fuerzas del esloveno Tadej Pogacar, que, más desasistido de lo habitual, tampoco se ha mostrado muy inquieto por las intentonas de sus rivales y ha superado con nota el nuevo examen al que le sometía la formación de la avispa. Y, producto de este toma y daca, hoy ha sacado tajada el irlandés Ben Healy. Ganador de la sexta etapa de la carrera en Normandía, el corredor de Kingswinford ha encontrado premio y se ha vestido con el maillot amarillo de líder.
La décima etapa, por la propuesta deportiva, prometía, con 11 puertos, ocho de ellos puntuables, distribuidos a lo largo de los 165 kilómetros del día y 4.307 metros de desnivel. No es que los puertos de montaña tuvieran una entidad de aquellas que asustan, ni el nombre de las grandes subidas de los Alpes o los Pirineos, pero se trataba de ocho cotas seguidas, en un constante sube y baja, son siete de ellos de segunda categoría y uno de tercera.
Un día ideal para que la etapa saltara por los aires nada más empezar, al estar la primera cota, Loubeyrat nada más empezar, y para que el equipo Visma llevara al extremo la guerra de guerrillas con la que han acudido a Tour para tratar de ir desgastando a Pogacar hasta que bese la lona.
Rápidamente, se ha formado una fuga de 29 unidades, todas ellas de lujo, en cabeza de carrera, en la que se encontraban los españoles Castrillo, Romeo y García Pierna, y de la que saldría el ganador del día y el nuevo líder de la carrera. Por detrás, juego de miradas entre Visma y un UAE, al que se aprecia que cuando llegue la montaña de verdad le pueden faltar argumentos. Con Almeida viendo el Tour ya desde su casa, hoy Sivakov no ha podido seguir el ritmo de los mejores y suerte ha tenido de Pogacar de Politt, Wellens y Soler.
Los escapados fueron cogiendo tiempo y la diferencia llegó a estar cercana a los seis minutos. Conocedor de esta situación, Healy se vació todo lo que pudo para acabar vistiéndose de líder, ya que empezaba el día con 3’55» de diferencia respeto a Pogacar; poco le importaría después que Simon Yates acata cara a 3,4 kilómetros de meta para lograr la victoria, dando en parte sentido a la táctica de Visma. Arensman trató de llegar a su altura, pero el ganador del Giro de Italia 2025 ni se inmutó de la oposición del británico y acabó logrando su victoria 36 como profesional.
Los petardos iban a estallar con la llegada de las dos últimas cotas. Los movimientos, los acelerones de Campenaerts, Benoot, Kuss y Jorgenson lograron su objetivo de aislar a Pogacar de sus compañetos, por más que desde la radio desde el coche les dijeran a los corredores de UAE que estuvieran cerca de su líder; pero poco más, bueno sí, de que al menos Tadej no metiera más tiempo a Vingegaard, el aspirante oficial a destronar al triple campeón.
Pogacar se adelantó
Ya en el mano a mano entre ambos, y después del enésimo acelerón de Visma, Pogacar lanzó su clásico ataque seco y explosivo, después de que Evenepoel también lo intentara, pero el esloveno no logró ni un metro sobre un Vingegaard que de momento está respondiendo muy bien a sus movimientos. Le faltó dureza a la montaña hoy para que el plan de Visma tuviera consecuencias dramáticas para Pogacar y a buen seguro que la lectura que hacen es que hasta el momento su jefe de filas aguanta el tipo. Habrá que ver qué sucede cuando lleguen las rampas imposibles. De momento, y a la espera de que llegue ese día, Vingegaard le tendió la mano a Pogacar al cruzar la línea de meta y éste se la chocó, en un gesto de deportividad.
El chubutense Eduardo Sepúlveda fue 54º en la etapa y se ubica 107º en la general.
Info: Mundo Deportivo
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