Con solo 20 años, pero ya convertido en una realidad del ciclismo moderno, Remco Evenepoel (Deceuninck-QuickStep) atendió a las televisiones tras imponerse en la cima de Picón Blanco, en la tercera etapa de la Vuelta a Burgos, y hacerse además con el liderato de la prueba.
«La subida era muy exigente, especialmente los dos últimos kilómetros, por estar muy abiertos y expuestos al viento. El final era muy duro, pero me sentía fuerte. Quiero agradecer el trabajo que hicieron todos mis compañeros, mi labor era rematar todo lo hecho anteriormente por ellos», afirmó el pupilo de Lefevere.
«Al principio, el único objetivo que nos marcamos en esta etapa era no perder tiempo. Pero desde el coche me dijeron que me veían bien, y a los rivales no tanto. Si no pruebas, no sabes que puede pasar, y eso hicimos. La carrera aún no está ganada, pero esto nos da confianza», reconoció Evenepoel.
A la pregunta de si se veía ganando la Vuelta a Burgos, a falta de dos jornadas, primero señalaba que la de este viernes era una etapa para sprinters, y habría que estar atentos a la hora de evitar cualquier contratiempo, para después dejar claro que no iba a dejar escapar ninguna oportunidad de victoria: “¿El liderato? Es un sueño, por qué no”.
Info: Ciclismo a Fondo
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