SPRINT BELGA EN LA VUELTA

Jens Keukeleire (Orica-BikeExchange) fue el más fuerte en la 12ª etapa de la Vuelta a España, una jornada plagada de ascensiones en la que la lucha por la victoria se gestó en la bajada del último paso por el Alto El Vivero (4,2 km. al 8,5%). A pesar del exigente día, Nairo Quintana salvaguardó a la perfección el maillot rojo de líder. «En la Vuelta no existen los días tranquilos», aseguró el colombiano tras cubrir los 193 km. dispuestos entre Los Corrales de Buelna y Bilbao.

El País Vasco tenía ganas de que la Vuelta volviese. Y no es para menos. Seguro que todos guardamos en nuestras memorias aquella victoria de Igor Antón en la Gran Vía de Bilbao en la edición de 2011, aún con los colores del inolvidable Euskaltel. Fue la penúltima vez que la ronda española situó el arco de llegada en una ciudad vasca, ya que al día siguiente fue Vitoria la encargada de acoger el final. Hasta hoy.

En este caso, la Vuelta tenía preparada una jornada repleta de trampas, con un recorrido irregular y escabroso ya desde el inicio. Típico de una comunidad autónoma que se ha convertido en una de las cunas del ciclismo español en los últimos años.

«Es una etapa para la fuga», decían algunos aficionados en la salida. Seguro que Keukeleire no estaba de acuerdo con tal afirmación. El belga, que ya ha renovado con Orica para la próxima temporada, aguantó estoicamente con los mejores en la segunda subida a El Vivero, donde se movió Alberto Contador. Sin embargo, su demarraje no llegó a buen puerto. Ya en Bilbao, el compañero de Chaves hizo valer su potencia y velocidad para imponerse en el sprint final.

No obstante, la etapa tuvo un argumento mucho más profundo. Como si de una interesante novela se tratara, el inicio fue fulgurante, con un ritmo vertiginoso. La fuga, que no se formó hasta coronar el complicado Alto de las Alisas (1ª categoría), estuvo integrada por hombres de primer nivel: Kennaugh (Sky), David López (Sky), Meintjes (Lampre), Hardy (Cofidis), Elissonde (FDJ), Brambilla (Etixx) y un exlíder como Atapuma (BMC) que fue cazado antes que el resto después de irse al suelo.

A pesar del empuje de la pareja de Sky, Movistar y Astana lograron controlar en todo momento una aventura que finalizó a las faldas del Alto de El Vivero, que ya se había superado con anterioridad y que había servido para borrar de las quinielas a ciclistas como Gilbert, Gerrans o Van Genechten, ganador en Puebla de Sanabria.

Una vez allí, fue Dries Devenyns (IAM) el encargado de desatar las hostilidades en el grupo de los favoritos, que ya contaba con apenas 60 unidades. Contador, inconformista como siempre, quiso probar las sensaciones de sus rivales y, de este modo, demostrar que continúa muy vivo en la ronda española. «Soy consciente de que no voy a tener libertad en mis movimientos», se lamentaba el pinteño tras no haber podido abrir diferencias con sus rivales. Esto sólo ha sido una advertencia.

Mañana, más de lo mismo

A pesar del esfuerzo de Devenyns, el belga fue neutralizado a poco más de dos kilómetros de la línea de meta merced al empuje de Trek y Astana. En ese selecto grupo marchaban Felline y Luisle, dos de los aspirantes a levantar los brazos en Bilbao. No obstante, el murciano no encontró escapatoria después de quedar encerrado en el esprint final y acabó claudicando ante Keukeleire, otra de las perlas de la factoría de Orica que ya demostró su potencial en la Vuelta a Burgos de 2013 (donde se adjudicó dos triunfos parciales).

Mañana seguiremos por un terreno apto para todos los públicos, aunque con un extenso kilometraje de por medio: 213 kilómetros. La llegada a Urdax servirá para poner el broche a un tortuoso día en el que la escapada podría sonreír tras varias etapas de sequía. La carretera dictará sentencia.

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Info y Foto: Marca

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