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¿HEMATOCRITO ALTO O BAJO?

Tras los últimos hechos sucedidos en Río Pinto, compartimos con ustedes una nota del Doctor Carlos Carrizo, columnista de la Revista Ciclismo XXI, sobre el tema de los hematocritos.

Cuando uno quiere medir sus Glóbulos Rojos, se le pide al Médico un análisis de Hematocrito. Acá aparece,  entre otras cosas, el valor  de estos en porcentaje y cantidad. Los valores de referencia son de 40 a 50%. La mayoría está entre 40 y 45%.  Este porcentaje es para cualquier deportista y personas sedentarias. O sea que podés ser un atleta de alto rendimiento sin tener elevados los Hematocritos. ¿Para pensarlo no?

Pero a medida que uno entrena esto solito va aumentando, pues el proceso creciente viene a la par de todas las adaptaciones fisiológicas como las mentales y orgánicas. Es todo un conjunto en crecimiento. Es decir: no aumenta el Hematocrito sin ir acompañado del aumento de la capacidad cardiorrespiratoria,  aumento de las fibras musculares,  entre otras.

Es una de las partes más importante para la ganancia de rendimiento. Tanto los científicos, médicos, entrenadores y atletas le prestan mucha atención a cómo hacer en forma no fisiológica (anormal) para aumentar el Hematocrito, sin importarle la salud del ciclista. Por tal razón, las sanciones, el aumento de la medicalización, las muertes de los atletas, el fervor de ganar sin medir las consecuencias,  va destruyendo de a poco el deporte competitivo saludable.

Las sanciones de nuevas reglas, como la del Pasaporte Biológico (no más de 50% de Hematocrito), el mayor énfasis a los entrenamientos y planes nutricionales, el acercamiento al psicólogo y psiquiatra para que nos enseñe a enfrentar dolor y cansancio, nos hará seguir con un deporte limpio y competitivo para todos y no para algunos.

Pero vayamos al título: ¿Hematocrito alto o bajo?. El alto se puede obtener de dos maneras:

  • la que recomiendo es la forma Fisiológica, entrenamiento constante y progresivo junto a una dieta completa. Los entrenamiento se pueden buscar en zonas montañosas, como San Luis, Córdoba, San Juan,  donde durante 10 a 15 días el cuerpo,  fisiológicamente,  se va adaptando más rápido que en terreno plano y aumenta el Hematocrito hasta alcanzar valores cercanos a los 48 a 50% en forma saludable.
  • La no recomendada y prohibida es el uso de hormona sintética (EPO), cámaras hiperbáricas, transfusiones sanguíneas, entre otras. Estas llevan a la adicción de ganar sin preservar la integridad física del ciclista.

Según los hematólogos, cuando se supera la cifra de 55% se considera que la sangre comienza a espesarse de forma peligrosa. Inyectada en grandes cantidades, la EPO eleva las cifras de Hemoglobina en un 20%.

La sangre del deportista con una cifra de Hemoglobina muy superior a la normal aumenta peligrosamente su viscosidad y no circula por los vasos con la misma fluidez, se coagula fácilmente (y aquí reside el principal riesgo para el deportista, no sólo por la mayor viscosidad del torrente sanguíneo sino porque otro de los efectos de la Eritropoyetina es el de elevar la cifra de Plaquetas).

Si el trombo (coágulo en el interior de un vaso sanguíneo)  aparece en zonas vitales del organismo como las arterias del cerebro o las coronarias, la consecuencia no puede ser peor: muerte súbita. Precisamente la muerte en circunstancias extrañas de 16 ciclistas holandeses (incluido el Campeón del Mundo en Persecución Individual, Bert Oosterbosch) entre 1987 y 1990 fue rápidamente relacionada con la administración de Eritropoyetina. Todas las muertes se iban produciendo de la misma forma: paros cardiacos mientras los ciclistas dormían. El aumento de la viscosidad sanguínea, unido a la baja frecuencia cardíaca durante el sueño, fue apuntada como causas de estas muertes por diferentes expertos en medicina deportiva.

El Doctor Randy Eichner, Catedrático de Hematología de la Universidad de Oklahoma City, ha declarado recientemente que «el uso de EPO en deportistas es peligroso porque se está llevando a cabo en personas que luego se someten a esfuerzos muy exigentes. Si a un ciclista se le está administrando EPO, puede alcanzar un Hematocrito superior al 55% y, si se dispone a participar en una carrera en ambiente caluroso, se está exponiendo a una situación muy peligrosa. Durante la carrera, y debido a la deshidratación, el Hematocrito se elevará hasta cifras cercanas al 70%». En ese punto, el ciclista ve aumentada la probabilidad de formación de trombos  con riesgo posterior de infarto de miocardio, embolia pulmonar o cerebral.

Lo que las medidas adoptadas por la Unión Ciclista Internacional (UCI) proponen como objetivo es: la protección de la salud de los deportistas antes que la persecución del dopaje. Ya en esta misma Temporada,  y con anterioridad a las grandes pruebas,  se van a llevar a cabo análisis de sangre aleatorios.

Aquellos que presenten niveles de Hematocrito superiores al 50%, serán excluidos de la prueba como medida de prevención. El límite parece razonable, y desde luego mucho más adecuado que el 45% que pedían los sectores más radicales de la lucha antidopaje. La Federación Italiana de Ciclismo, fuente del escándalo, ha tomado también sus propias medidas. A partir de ahora, todo ciclista deberá aceptar someterse a controles de sangre, incluso por sorpresa, para poseer la Licencia Federativa Italiana. Además se aumenta la responsabilidad de los médicos, que deberán apartar de la competición a los corredores con cifras sanguíneas de riesgo.

Vayamos al Hematocrito bajo. Hay deportistas que viven con una cifra baja de glóbulos rojos,  de 37 a 40%,  y no le suben por más que entrenen y coman en forma correcta. Y además, progresan en sus tiempos ganando cada vez más rendimiento físico.  Sabemos que todos los cuerpos no son iguales, como hay personas de presión baja o alta pero adecuada para su integridad física.

En este asunto, faltan estudios rigurosos sobre la incidencia que el Hematocrito tiene en el rendimiento. Sí sabemos que en el consumo de Oxígeno intervienen cuatro aspectos: la capacidad de absorberlo en sangre, el bombeo desde el corazón, el transportador, que son los Glóbulos Rojos, y el trabajo que realiza el músculo. Muchos ciclistas se obsesionaron con incrementar la capacidad de transporte, con lo que incidían en una de las partes.

Pero, la explicación de la ganancia de su rendimiento es que,  el gran bombeo de su  corazón hace expulsar una sangre menos viscosa y espesa como la  de los deportistas con  hematocritos cercano al  50%. Así llega el Oxigeno en menor tiempo hacia el músculos, evitando así la fatiga temprana y consecuentemente la ganancia del rendimiento… esto es genial. De esta manera dejarían algunos deportistas de obsesionarse midiéndose a cada ratito si su Hematocrito sube, tomándolo como una auténtica obsesión, condicionándolos psicológicamente y reduciendo así su  rendimiento físico.

 Como ejemplo tenemos al  Campeón gallego Gómez Noya (Triatleta) que triunfa en el 2011  en Sídney con un índice de Glóbulos Rojos más bajo,  entre el 38 y el 42%, reducido en comparación con el Hematocrito de la mayoría de sus rivales.  “Gómez Noya triunfa incluso con un nivel bajo, lo que supone un lastre. Es sorprendente que tenga esa capacidad de resistencia con ese Hematocrito, con esos datos. Pero cada uno es como es y su organismo es así.” Fernando Huelin, médico del Centro Gallego de Tecnificación Deportiva de Pontevedra y ligado estrechamente con el deportista.















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