Lo de Mathieu Van der Poel a menudo es inexplicable. En el último Tour de Flandes, que acabó llevándose en un sprint impresionante frente a Wout Van Aert, puso de manifiesto que en ciclismo no todo es estandarizable ni cuantitativo.
Cuando en el último kilómetro del Tour de Flandes 2020 Wout Van Aert y Mathieu Van der Poel entraban con casi un minuto de ventaja, todos sabíamos que se iba a dirimir en un sprint cara a cara entre dos rivales míticos. Y, sobre el papel, el belga era favorito frente a Van der Poel.
¿Por qué? Por muchas razones, pero fundamentalmente porque Van Aert hace ya un tiempo dio el salto definitivo al ciclismo de carretera y se ha especializado. Bajo el paraguas de un pedazo de equipo como el Jumbo-Visma, Van Aert ha mejorado muchísimo su sprint, convirtiéndose en un auténtico gallo en el pelotón a la hora de las llegadas conjuntas.
Van Aert le ha ganado la partida esta temporada en varias ocasiones a auténticos sprinters como Bennett o Sagan. Van Aert ha demostrado ser un ciclista más completo, siendo el mejor escudero de un Roglic que tiró solito el Tour de Francia 2020 en la crono individual de la penúltima jornada. De hecho, en la ronda gala se llevó dos etapas imponiéndose en los últimos metros.
Van der Poel, en cambio, suele ganar en carretera por imponer un ritmo infernal en los repechos rompepiernas o, como en la Amstel Gold Race del año pasado, por una potencia en llano descomunal, vatios que no tienen relación con una auténtica técnica de sprinter.
Sin embargo, el final de etapa del Tour de Flandes 2020 dejaba la sorpresa a medias de la victoria de Van der Poel en un sprint descomunal pero rústico. A medias porque con este joven ya no hay adjetivos, no para de sorprender a propios y extraños. Disfruten de este minuto y medio de historia del ciclismo.
La técnica de sprint de Van der Poel
El sprint es una de las facetas más complicadas del ciclismo, porque no sólo se entrena, sino que a menudo requiere unas características y capacidades bastante relacionadas con las condiciones físicas. Van der Poel no es que carezca de estas características, pero tampoco es un ciclista musculoso y vasto que imponga su cuerpo en la lucha a codazos.
En un sprint hay varios factores a tener en cuenta, y en el sprint del Tour de Flandes 2020 Van der Poel no tuvo ninguno a su favor ni técnicamente hizo el sprint de manual.
Digamos que hay apenas dos modos de sprintar, el modelo tradicional o el que están imponiendo pequeños sprinters como Cadel Ewan, más tumbado, más aerodinámico pero mucho más incómodo. Ayer, tanto Van Aert como Van der Poel lo hicieron de manera tradicional.
Hubo dos aspectos que sí que hizo muy bien Van der Poel y que demuestran que estuvo trabajando una más que posible llegada al sprint. Fueron la colocación y la distancia, que son los dos primeros factores de un buen sprint (obviando el trabajo del equipo, que no se produjo porque llegaron en solitario). Se colocó en cabeza sabiendo que Van Aert era mejor al sprint, y le cerró todo el lado derecho, obligándole a salir por la izquierda. Todo el rato fue mirándolo, controlando la distancia. Cuando quedaban 200 metros, Van der Poel sabía que la primera parte la había hecho muy bien: un sprint más largo le hubiera perjudicado. Van Aert no aguantó más y saltó.
Pero en la parte trascendental del sprint, Van der Poel demostró que su técnica es rudimentaria comparada con los estilos súper depurados de los sprinters profesionales. Si vemos la comparativa en paralelo de Van Aert y Van der Poel, se observa cómo el “camelleo”, el balanceo de Van der Poel, es más exagerado de la cuenta, mientras su cabeza se mueve arriba y abajo. Van Aert, más depurado, lo hizo técnicamente muy bien: mover lo menos posible la bicicleta, e intentar mantener la posición vertical, sobre todo evitar los movimientos laterales de la cabeza, para mejorar la aerodinámica.
Si Van der Poel ganó un sprint con esa técnica, fue porque esta última parte es pura aceleración y velocidad. Pura potencia. Y no queremos imaginarnos cuántos vatios metió Van der Poel y durante cuánto tiempo para, a pesar de su baile sobre la bici, ganar el Tour de Flandes 2020. Lo que sí está claro es que si su técnica hubiese sido mejor, a saber la diferencia que hubiera conseguido. Eso se llama clase: a falta de técnica, potencia y entrega.
Al final, Wout Van Aert se rindió al talento de Van der Poel y le agradeció su competitividad. «Gracias Mathieu por llevarme al límite todos estos años. La de ayer fue nuestra pelea más apretada. Continuará”, escribió en redes sociales Van Aert.
Van der Poel, por su parte, fue tajante: “Ha sido el sprint de mi vida”, afirmaba.
Info: Brújula Bike
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