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La nieve pone en riesgo el recorrido de la última semana del Giro

La organización del Giro de Italia está siendo más complicada que nunca. Cuando la amenaza constante del coronavirus parecía la gran espada de Damocles, ahora se suman las malas condiciones meteorológicas que se esperan en los Alpes para el tramo decisivo de la carrera dentro de dos semanas, que pueden llegar incluso a propiciar que se modifique el recorrido de dos etapas decisivas de esta edición de la Corsa Rosa.

Contra el tiempo no se puede luchar y menos a finales de octubre en cimas que superan los 2.700 metros de altitud en la frontera montañosa entre Francia e Italia, donde aguarda la última batalla por la maglia rosa entre los grandes gallos de la carrera.

Las dos etapas que corren más peligro son la 18, con el paso del Stelvio (25 kilómetros al 7,5%) a 2.758 metros de altitud, y la 20 con el Colle dell’Agnello (21,3 kilómetros al 6,8%) y sus últimas rampas a 2.744 metros de altitud.

No es la primera vez que la organización tiene que enfrentarse a estos problemas. En la edición pasada sin ir más lejos, cuando el ecuatoriano Richard Carapaz conseguía el primer gran triunfo de su carrera, Mauro Vegni, director del organizador RCS, tuvo que retirar la mítica subida al Passo Gavia, a 2.618 metros, por el alto riesgo de que hubiera hielo en las carreteras.

Entonces la solución fue incluir el Mortirolo, una alternativa que permitió la exhibición del italiano Giulio Ciccone.

Cambio de cromos

La misma opción se plantea este año para la etapa del Stelvio, que intercambiaría puertos y mantendría toda la emoción con dos cotas muy importantes. El cambio más notable aparecería en la jornada del Sestriere, donde se variaría por completo el recorrido, desechando el altísimo paso por el Agnello y los posteriores Izoard y Montgenevre, y aparecerían en escena las también durísimas subidas a Pinerolo, Vigone, Buriasco y las rampas de grava de Finestre como aperitivo para el final en Sestriere, que se mantendría a pesar de encontrarse a más de 2.000 metros.

Las estampas blancas son muy usuales en el Giro, pero el frío añadido de esta época del año parece que va a obligar al cambio para mantener la seguridad de los competidores, sobre todo en los descensos, que pueden ser extremos por la humedad en el asfalto y el viento helado.

Info: Marca

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