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ESPAÑA SIGUE CONMOCIONADA POR LA MUERTE DE LOS CICLISTAS

Llueve sobre mojado en el asunto de la seguridad de los ciclistas en las carreteras españolas. El pasado fin de semana murieron arrollados en el asfalto tres aficionados. Un total de 43 personas fallecieron en 2017 practicando su deporte favorito en vías interurbanas, en 2018 la cifra fue de 36 y en 2019 de momento van 7 víctimas.

La bici es parte del paisaje urbano en un buen número de ciudades españolas y su expansión es imparable, pero la convivencia entre los vehículos de dos ruedas y los de cuatro no llega a consolidarse sobre las bases del respeto, la formación y las normas de las autoridades de tráfico.

Las asociaciones que defienden el uso de la bicicleta, de víctimas de accidentes e incluso el mundo del ciclismo profesional coinciden en que España está al principio de un largo camino de convivencia respetuosa en las carreteras, donde los «vulnerables», sobre todo peatones, ciclistas y motoristas son «carne de cañón».

Conocimiento y respeto de las leyes, educación vial como asignatura impartida en los colegios, el respeto al más vulnerable y una buena labor de difusión de las normas de tráfico por parte de la DGT son algunas de las soluciones que plantean diversos sectores afines al problemas.

Desde Tráfico se considera que «sería ideal que cada medio tuviera un carril específico para circular, pero no es fácil» y añade que «más allá de las inversiones que se tuvieran que realizar, la primera norma es ceder todos un poco», según afirman fuentes de la DGT.

Ricardo Marqués, portavoz de la coordinadora de Defensa de la Bici, no tiene dudas al asegurar que «para reducir la siniestralidad y potenciar la movilidad sostenible, hay que diseñar vías para los ciclistas, como se ha hecho en Francia, Alemania, Dinamarca o los Países Bajos.

Vías segregadas del resto de conductores tanto en carretera como en ciudad, porque de ninguna manera el ciclista tiene que ir por las aceras. Ni casco obligatorio ni seguro de responsabilidad ni matrículas ni impuestos favorecerían, a su juicio, que se incentive el pedaleo.

Los ciclistas profesionales no están exentos de accidentes en carretera. En 2017 murieron atropellados 13 corredores, el más famoso el italiano Michele Scarponi. Desde 1934 el número supera los 60.

Según explica a EFE el exprofesional Eduardo Chozas, «las leyes se han modificado y mejorado, se atiende más a las víctimas, se respeta por ejemplo el metro y medio de seguridad y se trabaja en seguridad vial, pero si el 90 por ciento de los conductores respetan las normas de tráfico y el otro 10 no, se van a seguir produciendo accidentes».

«Hay un tema pendiente. La educación vial debería ser asignatura en los colegios. Casi todos los niños serán conductores en el futuro y deben aprender a conducir bien y con respeto».

El excorredor también apuntó a la necesidad de mejorar ciertos aspectos por parte de las autoridades de la DGT.

«Las normativas no se conocen bien porque no se comunican a los usuarios. Cada cambio debe ser comunicado, si no te informas por tu cuenta no te enteras, Todos los conductores deberían recibir de alguna manera los cambios en la normativa de circulación».

Chozas se mira en el espejo de las ciudades europeas, confía en que algún día España las imite y observa más respeto en las carreteras hacia las dos ruedas. Recomienda el uso del casco en ciudad, aunque no defiende su obligatoriedad. Pero hoy por hoy, en Madrid, no hace falta solo el casco, sino «una armadura» para ir en bici.

«Nunca en este país se ha tomado en serio a la bicicleta», asegura el presidente de la asociación de víctimas de tráfico DIA, Francisco Canes. La acera es para el peatón, los ciclistas olvidan a veces las normas de circulación y muchos piensan que en caso de provocar un accidente, el seguro del hogar lo cubrirá, precisa Canes.

El «respeto y la formación de todos los conductores de todos los vehículos» son los pilares que señala Canes para cuidar de la seguridad en carretera de los ciclistas, «quienes también deben cumplir con las normas, entre otras cosas porque son la parte vulnerable ante un accidente».

«Echamos en falta la formación de los conductores. No se pued criminalizar a nadie, cada uno tiene que conocer sus derechos y obligaciones, así como las normas de tráfico. El ciclista debe circular conforme a reglamento y quien va en coche además tiene que hay gente más vulnerable, como los ciclistas y peatones».

Canes refiere «discusiones con los ciclistas» por el hecho de señalar sus errores a la hora de circular por una carretera. «Deben saber que en caso de accidente, por pequeño que sea, llevan las de perder, por lo que la observación escrupulosa del reglamento debe ser igual para todos».

La DGT presentó en 2018 una red de 138 rutas seguras para ciclistas repartidas por toda España, en las que redujo la velocidad de la vía e intensificó los controles de alcoholemia y drogas durante los fines de semana.

Un Plan de Actuación de la DGT para el colectivo ciclista en los 4.661 kilómetros que comprenden las 138 rutas, una iniciativa pionera tanto en España como en la Unión Europea.

El resultado del proyectado presentado en verano de 2017 arrojó resultados óptimos, ya que casi un año después, en abril de 2018, no se había registrado ninguna víctima mortal e la red de vías seguras. 

Info: EFE

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